11 - La guarida de la rata
El tedio es insoportable aquí, en nuestro
antiguo y viejo pueblucho.
Las broncas con mi mujer, me habían
obligado a salir de casa más de lo normal, y a frecuentar los barrios más
lóbregos de nuestra siniestra estructura habitada. Los márgenes se perdían, los
ángulos enloquecían, las circunferencias se convertían en hoyos angostos, y los
triángulos en pirámides del terror.
Bajo esta insania de cemento, caminaba yo una
noche buscando algo que me hiciera perder la razón en mi supuesto vacío, y fue
así cuando en una esquina deforme, pude ver aún más amorfa la silueta de un
personaje encorvado, vestido y cubierto de negro de la cabeza a los pies, sin
faltar la capucha sucia y tosca…
De la misma manera, mientras me iba
acercando, escuchaba su respiración agitada y congestionada y percibí que se
giraba hacia mi… al estar a pocos pasos de su figura, dí un fatal grito… aquel
pordiosero había levantado su semblante y pude ver su cara… si es que se puede
llamar así…
Era
de una terrible hechura, con forma de roedor vampírico, dientes afilados, pelos
largos en la cara, verrugas, nariz aguileña en tremenda declinación, cuello
robusto y horrible, y ante todo, lo que daba el matiz de espantosa repulsa eran
sus ojos… rojos, inyectados en sangre, saltones y misteriosamente penetrantes,
pero de una profundidad espantosa y horrible.
-Me llaman la rata… ¿tú también vas a
mirarme con esos ojos vidriosos de terror?, soy un ser humano igual que tú,
¡¡ja ja ja!!, Ya estoy acostumbrado a tanta repugnante expresión… pero puedo
ver dentro de ti.. Intuyo lo que vienes a hacer por estos barrios, considérame
un espejo de toda esta demencial realidad en la que te mueves ¡je je je!
-¡La rata!, ¡es usted de quien habla todo
el mundo!, ¡causa pánico su nombre y los niños corren cuando se presenta su
sombra!
-¡Eres más estúpido e infantil que ellos,
me temo!, yo no me como a nadie… ummm… ¡ven conmigo!, sé que buscas emociones
fuertes, lo que guardo en mi guarida sabrá satisfacer tu morbosa curiosidad…
¡sígueme!
Y esa rata se dio media vuelta con
sorprendente agilidad y arrastró sus desiguales extremidades por las calles del
arrabal, no tardó en llegar a un rincón en el que una herrumbrosa puerta con
símbolos extraños dibujados a puñal, sorprendía ante la monotonía geométrica de
las demás chozas… esta rata presionó uno de los símbolos con su larguísima uña,
y la puerta se abrió a nuestra presencia
-Entra, adentro tengo alimento…
Y al momento, se metió con su joroba dentro
del chamizo y bajó unas oscuras escaleras con gran rapidez
Curiosamente, yo no tardé en seguirle,
excitado por la novedad del acontecimiento, y al terminar las escaleras, me
topé con un ser cuya forma de duendecillo me arrancó una gran risa…
-¿Viene usted con el señor, caballero?
Tenía aspecto de mayordomo, era diminuto y
deforme como su amo, con orejas largas y puntiagudas
-¡Aquí adentro! ¡Pase a su tormento!,
¡tengo alimento para su perfidia!
Parecía la voz de la rata…
-El señor le espera, adelante, penetre en
la habitación prohibida…
Y al momento desapareció este extraño
gnomo, y una puerta a mis pies se abrió cayendo yo por una tobogán lleno de
sangre y huesos, la sorpresa y el horror eran indecibles, y al termino solo
escuchaba la risa asquerosa de esa rata
-Demonio de bicho, ¿¿¿dónde me has traído,
que es esta guarida de pavor???
-Acércate, ¡oh muchacho intrépido e
inseguro!, ¡percibe la sutil inspiración que se respira en esta mi guarida!
Y bajo una bóveda de granito, pude ver las
más extrañas, monstruosas y terribles construcciones del mundo antiguo, todo
tipo de esculturas de dioses viejos, malignos y furiosos, inventos de tortura y
alienación, armas surrealistas, algo nunca visto por el hombre ni por ninguna
criatura de este planeta, apuesto a que habría gente que moriría de la
impresión al contemplar toda esa recreación abyecta, la obra pictórica del mas
maligno de los seres…
-Esta es nuestra obra amigo, esto es lo
que aguarda en salir al mundo conocido, lo que va a devorar conciencias y
perturbar a esos niños que escapan cuando me ven, disfrute la vesania gloriosa
de la humanidad, esto inyectaremos a toda esa turba que ya se prepara en
nuestro pueblucho… y aguarde, le voy a presentar a él… a mi otro compañero de
nombre: ¡¡“condenación”!!
Entonces la rata se transfiguró delante de
mí en un ser inconcebible, innombrable e insoportable, de imponente vestimenta…
de el emergía un magnetismo que me absorbió y me tuve que agarrar a una piedra
firme que salía de la pared, todos los huesos y la sangre, y las obras
terribles, volaron violentamente hacia el fundiéndose en su figura, y cada vez
se hacía más enorme…
-¡¡¡Ven aquí miserable, suéltate ante
nosotros!!!!
No pude soportar la tensión y debí
desmayarme ante tantísima presión
Recuerdo despertar y un viento recorría la
guarida… era frío, mire a mi alrededor y todas las esculturas, inventos y
construcciones de una era perdida, seguían en su sitio. No había rastro de
“condenación” pero si de la rata, estaba arrodillada en frente mío, me acerqué
temeroso y rabioso, pero la rata estaba sollozando…
Sin
entender nada, ví que la rata estaba postrada frente a una maqueta de las que
había en el habitáculo, en la que una familia rodeaba a un recién nacido,
cubiertos en un pesebre, un buey y una mula daban calor al bebé, un ángel
estaba presenciando la escena, y una estrella iluminaba el firmamento…
La rata se puso en pie y me miró, seguía
teniendo la misma faz, pero en sus ojos algo había cambiado.
A
través de las lágrimas pude ver sus ojos profundos, pero esta vez con una
serenidad y paz brillando en el centro de su mirada…
Tras un silencio me dijo:
-Soy una persona
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