1 - Fábula
Fábula
Un relato de Miguel Laguna Crespo
Capítulo 1: Internados en un manicomio llamado ciudad
Todo hombre desea
la libertad, la cárcel, a veces el mismo individuo, a veces la sociedad,
intenta remodelar al ser humano para luego exprimirlo en una civilización que
no encarna lo que dice ser, una inmensa puta que todos codiciamos en alguna
extremidad de nuestra estructura viva.
Durante siglos de nuestra historia, se pudo
constatar, tuvimos miles de ejemplos, y el ciclo de la inconsciencia humana se
repetía y multiplicaba como un vaivén que no podía dar marcha atrás, ahogado en
sus propios pasos y transfigurado en un ente maligno y sarcástico que vomitaba
un alimento espeso a las masas.
Algo así sucedía en
Gamatra, donde “Los Controladores”
habían conseguido hacerse con la mente de la población a través de sofisticadas
herramientas. Expertos en esconderse, esta secta de Controladores tenían en su
haber sofisticadas armas y técnicas de manipulación psicológica superior,
adquiridas a través de años de evolución en artes desconocidas para el resto de
la ciudadanía. Estas disciplinas, incorporaban reminiscencias de antiguos
saberes y tradiciones, pero desgraciadamente, este grupúsculo siniestro, las degradó
a su gusto, las contaminó despiadadamente hasta reducir a cenizas la ciudad de
“Los del Espíritu”, que siguen aún soñando con La ciudad Santa.
Rafael trabajaba en una fábrica y su jefe tenía contacto una vez al mes
con un extraño personaje de mirada turbia que supervisaba lo que estaban
construyendo, su aspecto pulcro, su falsa modestia, y la profundidad venenosa
de su mirada, perturbaban a este chico en edad de trabajar.
Su jefe Sultán lo trataba
bastante malamente y las únicas fuerzas de las que disponía Rafael era currar
de sol a sol en supervisar “La obra”. Con ese término conocían en la plantilla
ese conjunto de piezas insólitas armadas bajo una serie de planos firmados por
un extraño y desconocido ingeniero llamado ”El Poeta”. Este trabajo era una
auténtica novedad científica en todo aspecto, la fábrica había sido levantada
exclusivamente para “La Obra”, y este proyecto era el máximo de los secretos.
Ni las familias de los trabajadores ni estos mismos, conocían plenamente la
razón de tantas horas de trabajo extenuantes. Todo había comenzado como un
contrato atractivo, una gente encantadora, y la sensación de comenzar algo
nuevo… así pensó Rafael, pero a los pocos meses de trabajo las condiciones
laborales se hicieron más tensas e intensas, el trato denigrante e insultante,
y “La Obra” un objeto de maldición para el resto de compañeros. Sultán el
patrón, dominado por ese asqueroso personaje que llegaba periódicamente,
desmoralizaba cruelmente a los trabajadores hasta el punto de que, llegado un
día, recortó la plantilla y 106 personas entre los que había padres de familia
y juventud, fueron expulsados a las calles de las que habían salido. Rafael
conocía a muchos de ellos, sabía que ahora la tentación de los vicios sería
mucho más potente para sus colegas, por no hablar de la carestía y las
condiciones durísimas de Gamatra en la que la vida no vale nada en ciertas
zonas, una metrópolis condensada bajo llamas salvajes de locura y misterio, es
más, alguno de estos rudos cabecillas de familia no tardaron en quitarse la
vida ante la desesperación, el rechazo y la atmosfera de nuestra queridísima
ciudad.
Como siempre, en todos sitios cuecen habas, pero en Gamatra había un
barrio bohemio, algo que paradójicamente se llamaba, La corte de los poetas, y en la jerga de los suburbios, un grupito
de pijos con mucho tiempo libre. No obstante, Rafael fue invitado una noche
para ir allá, acompañado de su novia.
Una vez llegaron, los dos distaban mucho de la estética barroca y
artificial de ese bar Snob y
superficial… mientras charlaban y bebían, Rafael pudo conocer a uno de “Los
Controladores”, que inesperadamente desde una esquina, se acercó a hablar por
un momento con el chico
-Muchacho ¿qué haces en este lugar?, no parece muy apropiado para ti…
-Bueno, digamos que unos amigos de mi novia nos invitaron y… ¡pero
bueno!, ¿y a usted que le importa? ¿Me meto yo con esa pinta que lleva?
-Mmmmm buenos modales a pesar de donde provienes, pero ya veo que aun
así el lado salvaje aflora en ti al final, y más con tu hembra al lado
-Déjese de pollas metafísicas, y al grano, ¿qué es lo que quiere?
-Simplemente deseaba darte ánimos en la construcción de “La Obra”,
estamos al corriente de todo ello y del puesto que ocupas muchacho… en fin,
sigue disfrutando de la fiesta, ¡nuestra fiesta!, hasta el día en que todo
acabe en un gran resplandor brillante…
Y al momento este hombre se fue.
Según Alex, un amigo de confianza, ese majadero era uno de “Los
Controladores”, la secta misteriosa, imbuida en todas las instituciones, tanto
era así, que el abuelo de Rafael siempre los definió con una sola frase:
Permanecerán
dominados por un espíritu de destrucción
Así se las gastaba Carlos, el entrañable abuelito de nuestro
protagonista, era un hombre de “Los del espíritu”, una antigua fraternidad sin
institución ni dirección concreta que albergaban y practicaban el amor a Dios y
al prójimo allí donde estuvieran. No se encargaban ni tenían previsto nada más,
el resto para ellos era vanidad del mundo. Tal era su pureza, que cualquier
persona que hablase con ellos volvía a su casa con esa pizca de bondad,
tranquilidad y paz. Por mucho que el miembro de la fraternidad fuese relativamente
imperfecto, el espíritu que recibían iba más allá, y era como un destello del
cielo penetrando un mundo de tinieblas.
Capítulo 2: Un Judas
Hasta en una
persona atormentada el alma tiende un plan redentor para reencontrarse con su
creador.
Rafael sabía que la obra no era buena, Sultán conocía que no trataba
bien a sus trabajadores, Iván albergaba la idea de la traición, Félix engaño a
su familia, Alberto solo se preocupaba por la recaudación y la reputación de la
empresa a pesar de los suicidios, y Germán opinaba que su relación matrimonial
era una tortura, a pesar de los besos y caricias que daba a su mujer
Todo por el todo, directos hacia la nada, así era en distintos grados lo
que acercaba a estos hombres a la figura de Judas Iscariote, y así muchos más
hombres y mujeres en Gamatra
Iván fue amigo de Rafael hasta que se interesó por su novia, ella pese a
la tentación de un encantador como Iván, continuó al lado de Rafael, conociendo
y haciendo balanza de lo bueno, puesto que a pesar de las imperfecciones, su
chico era un diamante en bruto. No obstante, Iván montó en cólera… ¿cómo podía
ser que un segundón como su amigo pudiera tener una novia tan fiel y hermosa?,
sobre todo, le cabreó el no haber podido conquistarla con sus mañas… un duro
golpe para su ego, por eso, todo lo que vino después pudo ser consecuencia de
tal venganza…
Además de esto, Rafael permanecía tantas horas en la fábrica supervisando
la obra, que apenas disponía de tiempo para pasar con su amor, eso unido al
automatismo de ciertas cuestiones en su relación, había provocado una
esterilidad en la relación normal de la pareja que avanzaba progresivamente.
Ya al salir del trabajo, Rafael rebuscaba en casa por la noche antiguos
escritos de su abuelo Carlos, por eso, entre cartas de amor a la abuela, poemas
curiosamente apasionados a su musa, y distintos ensayos de su puño y letra, el
nieto encontró una carta de color azul que le llamo poderosamente la atención
Se trataba de una advertencia
Escribe “El Poeta”,
los enemigos se han adelantado con sus artes, ahora buscan crear un arma de
destrucción masiva para la humanidad
Te advierto
queridísimo nieto, será para el año de nuestro señor 2166, cuando ”Los
Controladores” te busquen para matarte, tu sacrificio será parte del pacto que
tu padre hizo con ellos al convertirse en Controlador, porque si, queridísimo
Rafael… tu padre es miembro de esa secta desde hace años, ellos moverán los hilos
para que te incorpores a su obra que no es otra cosa sino la construcción de
una potentísima bomba atómica… piensan que es “el gran resplandor” cegados por
su neurosis ya les sucede lo que nos dijo el espíritu del maestro… a lo malo lo
llamaran bueno…
Tu encuentro con el
controlador moverá tu curiosidad y será fácil que encuentres esta carta, y no
será la última de mi pluma que encuentres
No temas ante nada,
a pesar de toda esta aberración, podemos decirte que el reino está cerca, La
Ciudad Santa que esperamos ya tiene su lugar, que la paz del señor este siempre
contigo queridísimo nieto
Y Rafael no pudo quedarse más helado frente a la carta de su abuelo
Por otra parte, Iván conoció una noche a uno de “Los Controladores”, el
mismo que se dirigió a Rafael en aquel bar. Todo comenzó por persuasiones y
halagos, “Los Controladores” saben bien de ello y del arte de la mirada,
enemigos de la transparencia no dudan en mentir aun cuando ellos mismos se han
auto-convencido de que hacen el bien… eso creen, pero en realidad estuvieron
presentes en cada etapa de la historia humana con gran purulencia,
desarrollando su maldad y engordando su neurosis.
Iván pasaba de él, pero cuando Arnau, que así se llamaba el controlador,
menciono a Lucía, se le encendieron los ojos al muchacho… tras varias horas de
conversación, quedó claro lo que sucedería. “Los Controladores” deseaban matar
a Rafael, y a Iván no había cosa en el mundo que más le sugiriese su codicia…
Postdata de El Poeta
“De que le valdrá a
un hombre ganar el mundo entero si a cambio pierde su alma”, estas fueron las
palabras del maestro, de nuestro señor Jesucristo, él nos advirtió ya desde su
llegada a este mundo de los peligros que la codicia, el miedo y la vanidad
pueden hacer en el ser humano.
Capítulo 3: El monstruo psicológico
Sobre un desierto una antigua criatura caminaba buscando a quien o a que
morder, tenía la capacidad de envenenar cuanto mordiese mirase o escupiese, y
así había invadido y atacado a fieras hordas de guerreros aparentemente invencibles…
llevaba en si la discordia, la psicosis, la neurosis, toda inseguridad y
complejo, y enfurecida y aterrorizada de su condición, buscaba a quien inyectar
su ponzoña arrastrándose por los confines de la tierra.
Adversario a muerte de la pureza y la bondad, pero con los labios
pronunciando siempre bonitas palabras, no soportaba los rayos iluminadores del
sol, que con sus destellos, mandaba a la tierra una diminuta parte del más
allá. Tampoco soportaba la luna, pensando que era contraria a sus hipócritas
palabras sobre la santidad, y también despreciaba aunque lo negase, el día, la
noche, la ecología y todo cuanto pudiese iluminar y acercar al hombre al
absoluto.
Sobre un camino, un sacerdote guerrero andaba enfadado consigo mismo
sobre las continuas mezquindades que albergaba su corazón, cuando de repente se
encontró con esta bestia, el monstruo psicológico, una criatura que helaba los
sentidos del mundo.
Este hombre dividido esgrimió su espada, y luchó contra la bestia
provocándola grandes heridas, esta chillaba de furia pero a la vez enmudecía…
ni una risa se escapaba de ella, eso estaba prohibido…
Así como el amor, la mirada directa y limpia, el esfuerzo, el llanto, la
risa, la compasión, la sensibilidad, el respeto y la libertad, todo esto era
Anatema para ellos, es decir, para aquella secta de miserables, llamada ”Los
Controladores” a los que hace referencia este capítulo-Fábula…
Su propio espíritu de destrucción los llamaba y reunía, sus ansias de
poder y recelos los corrompían definitivamente, y su talento sin talento les
llevaba a la perdición moral y espiritual en conjunto, a la más profunda de las
hipocresías.
Aquella criatura amenazó con un gran resplandor, con una venganza para
todos los hijos de Dios, hermano tras hermano, y todo con la brutal mentira que
solo las extremidades de tal monstruo eran los hijos del Dios único.
Y ante todo, un gran “Miedo”.
La indiferencia se
convirtió en cierto momento de la historia de la humanidad, en una de las peores
maldiciones engendradas por el corazón humano, ni una lagrima, ni una emoción
interna, solo la embriaguez de los fenómenos frívolos y carnales. La falsa compasión
dejó paso a la indiferencia, y en ella nos embarcamos como piezas de un puzzle
mortal que no va a ninguna parte, pero existe una luz, Dios, el padre eterno de
todas las almas que vino a revelar nuestro Señor Jesucristo.
No obstante “Los
controladores” transformaron en idea de tentación cualquier pensamiento,
cualquier conducta y acto natural, en pos de la construcción de su paraíso
terrenal y Fariseo. De manera esquizofrénica, lograron infiltrarse en casi
cualquier sitio.
La situación en la fábrica se había encrudecido, la plantilla seguía
acortándose, y los suicidios se multiplicaban, en cambio todos seguían
trabajando en aquella locura de titanio, que estaba casi acabada, obviamente
los que quedaban en las angostas galerías de la fábrica, ya sospechaban
seriamente sobre que Arnau tenía un plan oculto y que Sultán era su títere, así
fue evolucionando la cosa hasta que solo quedaron unos pocos en la fábrica,
concretamente diez.
Por ello Rafael temía de su situación, más aun al haber leído la carta
del abuelo.
Durante un frío paseo por Gamatra, Rafael y Lucía fueron secuestrados
por un grupo de pandilleros, pero esta vez entre ellos había un oscuro
individuo, se trataba de Arnau el controlador, los encerraron en una furgoneta,
y se apresuraron por las putrefactas calles de Gamatra.
-¡¡Usted es un controlador, mi abuelo me advirtió de vosotros!!
Y el controlador con severa y falsa cara de ángel murmuró mirando al
suelo:
-Vas a ver muchacho, provocaremos tal enfermedad en ti, que el hijo que
porta la puta de tu novia encarnará toda vuestra maldad, el señor mira hacia
nosotros, es el momento, inyectarles la droga, y que ellos elijan…
Y los pandilleros
pronunciaron una palabra y la pareja quedó dormida.
Ambos fueron
separados y llevados a los patios de recreo.
Iván estaba allí.
Raquel apareció por su casa varios días más tarde, sus padres estaban
tremendamente preocupados.
Rafael al volver al hogar no recibió ni un saludo de su madre… su padre,
uno de “Los Controladores” desapareció varios días antes de que nuestro
protagonista supiese su pertenencia a tan diabólico grupo.
Esa noche la pareja se reencontró en un parque bajo un árbol, a contarse
lo ocurrido durante la elección.
Mientras, Rafael no había reparado en la fría mirada de su chica, ni en
sus torpes y desgarbados gestos, días atrás impensables, asimismo Lucía
ignoraba completamente a su novio, y ya no la volvía loca su sonrisa… la
mezquindad había rodeado sus vidas absolutamente. Por otro lado, los dos
desconocían el embarazo hasta que lo reveló el controlador.
Agarrados hipócritamente de la mano, confesaron con gelidez lo ocurrido
como muertos en vida:
Lucia se acostó con
todos los pandilleros, con el controlador, y finalmente en un último impulso
con Iván.
Rafael robó, mató,
fue infiel y quemó la carta de su abuelo.
Capítulo 5: Los antiguos saberes usados para el bien y el amor
Escribe el poeta:
Sabiduría y amor,
divinos conceptos para el bien.
Sé queridísimo
nieto, que la corrupción ha entrado en ti y en tu novia, como una sola carne
que sois.
Ahora esperáis un
niño, y vosotros estáis muertos.
El misterio de la
naturaleza aguarda en lo profundo, ya se han dado grandes pasos pero en la
dirección equivocada, todos los cables de la obra de los controladores llevan
la vida a la última aberración que nacerá del último hongo atómico. Sabemos que
la naturaleza guarda increíbles secretos y que es lícito para el hombre
emplearlos… pero siempre para el bien, “Los Controladores” proyectaron su
neurosis y diseñaron su múltiple institución, utilizando los antiguos saberes
para envenenar destruir y enturbiar, todo bajo la bandera de la falsa sonrisa y
cortesía.
A vosotros os digo
muchachos, con una palabra moristeis, con vuestra acción os enterrasteis y con
una palabra reviviréis.
Los Controladores
se destruyen así mismos y se creen con el derecho de criticar y destruir a los
demás.
La destrucción de la máscara (Poema)
Observa mi querido
nieto
Cuan sublime, que
verdadero
Este día por el
amor
Te es devuelta la
felicidad
Tan solo has de
confiar en tu creador y padre
Y su palabra te
devolverá la vida
La máscara que
construiste te robó la paz
Y ahora el cariño y
amor de Dios claman en tí
Al final de todo,
en la construcción de la ciudad santa
Podrás decir esa
última palabra que tanto esperas decir al que está en los cielos
Querido nieto,
Arnau y los suyos buscan proyectar su miseria en la bomba atómica, y la
involución de su sociedad tendrá funestas consecuencias en el futuro, pero la
ciudad santa llegará con gran gozo para la humanidad. Mientras, junto a esta
carta, te otorgo el libro sagrado de Zahmelin que consiste en la inmensa y
sublime sabiduría que aguarda en las profundidades de la naturaleza, sabemos
que el señor quiere que dispongamos de estos saberes con autentico
discernimiento bondad y desinterés. Estúdialo y hallarás poco a poco las claves
del conocimiento de la verdad y su aplicación práctica. En sus líneas están
encriptados para que salgan a la luz, los planos arquitectónicos de la ciudad
santa.
Capítulo 6: La Obra
Última reunión de
los controladores antes de la ejecución de la obra…
Declara: Arnau, El
severo:
Queridos hermanos, la débil y decadente progresía hereje ha conseguido
saltar nuestros muros, de bien nos es sabido que un antiguo miembro de nuestra
fraternidad, ha conseguido nublar la mente a Rafael, nuestro supervisor de
obra, a través de toda suerte de mentiras. Los fuegos del infierno y de la
muerte eterna le esperan a él y por desgracia, a toda la prole de ese imbécil
de Rafael… él lo quiso, nosotros no lo obligamos, y ahora, mientras su vida
está destrozada, continúa con sublime inercia la construcción de la obra. Esta
queda a un paso de ser terminada, y es que solo nos hace falta un libro… el
hereje ponzoñoso y mal llamado sagrado, libro de Zahmelin, en él, está la
última clave para poder dar vida a los prodigios tecnológicos, y ahí está
nuestra misión… todo apunta a que el desertor urdió su plan entregándole en
ultimo termino este maldito volumen a su nieto Rafael, es preciso encontrarlo
bien rápido, pues el plazo dictado se acerca, y el gran resplandor, más
brillante que mil soles, ha de llegar…
Absorbido por la obsesión, la venganza y el tormento, Rafael continuaba
su trabajo, no entendía gran parte del libro heredado por su maldito abuelo,
aquel volumen de un antiguo alquimista cristiano llamado Zahmelin, pero pronto
se dio cuenta que los postulados que proponía este libro, podían ser alterados.
Tan solo con anteponer su voluntad egoísta al altruismo que proponía Zahmelin,
Rafael podía materializar la última orden de Sultán: Dar vida orgánica a la
explosión de la bomba atómica, de modo que sus conscientes llamaradas devorasen
hasta el último confín del planeta, y levantasen el nuevo orden de los
controladores: erigido por las ultimas familias santas de tal fraternidad.
Esa misma noche, Lucía se encontró con una mujer de “Los del espíritu”,
de manera espontánea, aquel momento fue sublime por su sencillez y hasta
simpatía, no hablaron nada de religión, pero Lucía se volvió a casa con una
bonita reconfortante y pacifica emoción en su interior, a lo largo de los días,
las cosas parecían ponerse en su sitio y Lucía se sentía con ganas de sanar su
corazón, al rebuscar en los bolsillos, descubrió que un fino papel había sido
dejado allí con una palabra escrita…
Y finalmente llegó
el día de los controladores
Llegaron a descubrir que la clave estaba en una sucesión de palabras que
debían ser cantadas al momento de la explosión de la bomba en terrible ritual,
además así se lo reveló Rafael a Arnau en el transcurso de sus investigaciones
con el libro de Zahmelin.
Todo estaba preparado para la explosión de esta bomba inteligente,
cuando irrumpió Lucía en la fábrica, Rafael, como muerto en vida ni se inmutó.
Lucía abrazó fuerte a Rafael y con dulzura le susurró la palabra que
había descubierto en su bolsillo dejada con cariño por la mujer de “Los del
Espíritu”.
Y Rafael abrió sus ojos interiores y no dejó de abrazar a su mujer.
Los controladores arremetieron a disparos contra la pareja incapaces de
ver aquello.
Y Rafael y Lucía murieron abrazados.
Se sabe que más tarde en el hospital pudieron salvar al hijo de ambos
milagrosamente.
Arnau y el resto intentaron poner en funcionamiento la obra sin éxito.
Arnau recogió el papel de la ensangrentada mano de Lucia
Y leyó.
Capítulo 7: La ciudad santa
Dios es el amor más puro, dijo el escritor, y así es.
Con fe y amor todo se puede, dijo el poeta.
La ciudad santa se erige, bella y con gracia.
Entrad todos amigos al banquete del rey.
Con grandes conocimientos pero nunca usados para el poder.
Este es el canto de
corazón de nuestra fraternidad y pueblo
Tú eres mi padre aunque siempre quise cortar el cordón umbilical.
Tú me llamabas a pesar de tantas veces escupiendo en tu rostro.
Tú lavabas mis heridas, con la sola intención de darme paz.
Tú me hiciste conocer el amor la compañía y la regeneración.
A pesar de las dudas, un sublime canto escucho cada mañana contigo.
¡¡Te quiero!!
Relato escrito en Lima (Perú) 2016
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